Seguimos cometiendo errores al comunicar sobre salud

La octava sesión de La Ciencia dentro del cine de ficción tuvo como ponente a la profesora Acianela Montes de Oca, quien desarrolló la exposición ¿Informar o alarmar? El dilema de comunicar salud, que fue seguida por la proyección de la película Super Size Me (2004).

Montes de Oca sostuvo que aunque en Venezuela se ha realizado periodismo científico y de salud desde los años 70, todavía siguen ocurriendo errores de comunicación. Narró, por ejemplo, que durante la más reciente epidemia de gripe AH1N1, la OMS alertó que la divulgación en medios de comunicación estaba generando alarma social, discriminación y exclusión.

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Acianela Montes de Oca

A su juicio, lo ocurrido durante el brote de AH1N1 fue similar a lo que vivió en los primeros años de su ejercicio profesional: en 1982, cuando comenzó a ejercer,  estaba creciendo la epidemia de VIH-Sida, que fue llamada de muchas maneras, una de ellas, «cáncer gay», calificativo que tenía como resultado la exclusión de la comunidad homosexual.

La profesora Montes de Oca criticó que la formación periodística fomenta la idea de que la noticia es la novedad y que la noticia de salud solo puede referirse a las enfermedades y a sus consecuencias, lo cual no estimula una vida saludable sino temor. Igualmente, resaltó como error que los comunicadores suelen considerar como fuente en salud exclusivamente a los médicos y no a otros profesionales, lo que fomenta que la salud se refiera mayoritariamente a la visión diagnóstica, a cuál es la enfermedad y no a otros aspectos como la promoción de la vida saludable.

El periodismo en salud también es sexista: «Las fuentes preponderantes son masculinas, lo que les otorga autoridad, pese a que la mayoría de los periodistas son mujeres. Las mujeres son colocadas como subordinadas, pacientes o enfermas», indicó.

Como paliativos sugirió investigar profusamente y confirmar la información de todas las fuentes, especialmente si se muestran como expertas indiscutibles. Además, llamó a comprender que se comunica a grupos complejos y que la información tiene que sugerir maneras fáciles para que las personas vivan saludablemente como parte de la cotidianidad, pero sin excluir a los grupos tradicionalmente marginados, como las personas de la tercera edad, de quienes solo se habla de enfermedades y de envejecimiento, no de calidad de vida.

Montes de Oca aclaró que  se debe comunicar siempre en función de la importancia del bienestar y resaltó la importancia, para el periodista, de crear bases de datos de fuentes confiables, múltiples, equilibradas, plurales e interdisciplinarias. Adicionalmente, invitó a permitir la corrección por parte de los expertos: “Yo soy mi propia marca. Si yo logro que mi marca tenga confiabilidad y verosimilitud, salgo ganando yo más que nadie”, aseguró, a la vez que puntualizó que siempre hay que ofrecer consejos prácticos, saber leer las investigaciones e informar sobre ellas y valorar a las fuentes documentales.

Investigar con seres humanos no es lo mismo que hacer experimentos en animales

La novena sesión de La Ciencia dentro del cine de ficción tuvo como ponente al Dr. Ludwig Schmidt, quien desarrolló la ponencia Contrastes entre lo que se piensa, se hace y se dice en la investigación, que fue acompañada por la proyección de la película Das Experiment (2001).

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Prof. Ludwig Schmidt

Schmidt resaltó que no es lo mismo investigar en animales que investigar con humanos: «El ser humano no es un objeto, es un sujeto, tiene la misma dignidad y los mismos privilegios que cualquier otro ser humano», y en el caso particular de la película proyectada, la cual narra la historia del experimento de la cárcel de Standford llevado a cabo en 1971 por Philip Zimbardo, aclaró que ya se habían llevado a cabo acuerdos con respecto a principios éticos generales para la investigación científica, contenidos en los tratados de Nuremberg y los tratados de Tokio, que habían sido impulsados, incluso, por EE.UU.

Los antecedentes arguíbles para criticar el experimento de Zimbardo datan de 1930, según Schmidt, pues para esa fecha ya Alemania  intentaba impedir que se realizasen experimentos con personas detenidas y enfermos mentales. El profesor puntualizó que de todos modos, cualquier trabajo que involucre a humanos como sujetos de estudio debe cumplir al menos con tres pautas: consentimiento informado, respeto a sus derechos y renuncia a la participación en la investigación de manera voluntaria.

Los estudiantes tienen muy poca información e interés acerca de la ciencia y de la tecnología

La décima sesión de La Ciencia dentro del cine de ficción tuvo como ponentes a las profesoras Eugenia Csoban y Luisa Angelucci, ambas investigadoras del Centro de Investigación y Formación Humanística (CIFH) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), quienes presentaron la exposición Cuánto saben nuestros estudiantes de ciencia y tecnología o cuánto se dejan engañar, basada en su trabajo más reciente.

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Eugenia Csoban

La investigación tuvo como objetivo evaluar el conocimiento de ciencia y tecnología de estudiantes nuevo ingreso de la UCAB y fue ejecutada en una muestra voluntaria de 112 participantes del Curso de Iniciación Universitaria (CIU-UCAB).

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Luisa Angelucci

En el estudio se clasificó al conocimiento de los estudiantes en tres categorías: adecuadas, plausibles e ingenuas. Sus resultados permiten observar promedios altos para las respuestas plausibles e ingenuas tanto en conocimiento sobre ciencia como sobre tecnología, lo cual, en palabras de las investigadoras, «revela que los estudiantes tienen muy poca información e interés acerca de la ciencia y de la tecnología» y debe ser considerado como «una señal de alerta para los educadores«.

Las profesoras Csoban y Angelucci destacaron que el conocimiento de los estudiantes muchas veces puede ser seudocientífico, parecido a la ciencia pero incorrecto, por lo que seleccionaron la película Jurassic Park, ampliamente criticada por la comunidad académica, para acompañar su ponencia y poner a prueba el conocimiento científico de los asistentes.

No todos los insectos son «plagas»

La quinta sesión de La Ciencia dentro del cine de ficción contó con la participación como ponente del Prof. Edison Pascal, coordinador del Centro de Investigaciones Educativas de Biología y Química (Ciebyq) de la Universidad Nacional Experimental «Rafael María Baralt» (Unermb), quien conversó acerca de los beneficios del manejo ecológico de insectos plaga.

Pascal criticó el término “plaga” y explicó que desde el punto de vista de la Ecología, ningún insecto es una plaga, pero que algunos son considerados de esa manera con base en una perspectiva económica, pues la actividad de los insectos es capaz de mermar la producción de ciertos rubros agrícolas y de causar estrés biótico en las plantas: “No todos los insectos son plagas. De las 2 a 5 millones de especies de insectos que se conocen, pocos se comportan como plagas”, puntualizó.

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Prof. Edison Pascal

Para manejar a los insectos, el investigador propuso una visión agroecológica, es decir, que tomase en cuenta lo que se posee en el ambiente y que respetase a la biodiversidad y a las características sociales y culturales del campesino: “No estoy de acuerdo con el uso de pesticidas. Una de las bondades del control ecológico es no usar pesticidas porque al atacar a la plaga también se eliminan insectos beneficiosos para el agroecosistema. Además, los plaguicidas presentan resistencia en insectos que a la larga pueden convertirse en una plaga más fuerte, una plaga secundaria, además de generar contaminación de los suelos y de las aguas”, indicó.

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Hormiga cortadora de hojas

Como alternativa, y usando el ejemplo de la hormiga Atta sexdens, mejor conocida como hormiga arriera u hormiga cortadora de hojas, Pascal sugirió el manejo integrado de plagas, un conjunto de técnicas que buscan controlar las poblaciones de insectos, mantenerlas en niveles económicos viables, pero no arrasarlas o exterminarlas: diversificación y rotación de cultivos (que impide que las plagas se afiancen en un territorio porque elimina su fuente de alimento),  el control físico de hormigueros jóvenes, el control del vuelo nupcial, la colocación de trampas, el uso de abono orgánico y el control biológico por medio de depredadores entomófagos como la mantis religiosa.

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Mantis religiosa

El Prof. Pascal aseguró que los cultivos agroecológicos aumentan la biodiversidad y aumentan el control sobre los insectos perjudiciales, e indicó, con respecto a las hormigas, que no deben ser consideradas plagas per sé, pues las galerías de las hormigas tienen efectos benéficos en el suelo, por aireación, compactación.

La ponencia del profesor Edison Pascal fue acompañada por la proyección de la película Ant-man. Para más información sobre la película, haga clic aquí. Para escuchar la ponencia completa, reproduzca el siguiente video: